Libro de recuerdos

 
Choco partió para esperar con cariño a su familia en el Puente Arcoíris.

Choco Sánchez

2009 – 2024

Esta mañana me he levantado  y  no tenerte a mi lado,  es  algo que no sé cuánto tiempo tenga que pasar para acostumbrarme al vacío que has dejado. Cuántas y cuántas veces me he sentido la persona más afortunada de la tierra por tenerte en mi cama haciendo la siesta o desestresándote  como solías hacerlo. Me llenabas de alegría y de vida. Gracias a ti empezaba los días con la máxima motivación.

Y lo mismo sucedía cuando llegaba a casa. Por muy mal día que hubiera tenido en el trabajo, tú estabas ahí en la puerta preparado para recibirme o sentías mi llegada siempre listo  para darme   de nuevo todo tu cariño y amor. ¡Quién mejor que tú para animarme!

Tengo que reconocer que aunque sé perfectamente que a ti te gustaría que ahora mismo estuviera con una sonrisa en mi cara, no puedo evitar que las lágrimas se escapen de mis ojos. Ayer que te fuiste, fue, sin duda, uno de los peores de mi vida. Ahí estábamos, con  Israel que te ama con todo su corazón y ha cuidado de ti con esmero y mucha dedicación; tú respirabas muy despacio  e intentabas tranquilizarnos, te fuiste muy lentamente, y te quedaste solo dormido, escuchando lo que el corazón nuestro te agradecía por todo lo que nos enseñaste.   Porque cuando llegaste tan pequeño y tierno, el egoísmo desapareció de mi vida, me enseñaste a querer de verdad sin condiciones, me enseñaste el verdadero significado de la fidelidad (y de la felicidad). Me enseñaste tantas cosas querido hijo y amigo Choquito.

Ahora solo puedo echarte de menos, nada  puede llenar este vacío que has dejado. Ahora solo me queda tu recuerdo, un recuerdo que llevaré conmigo hasta el final de mis días. Porque para ese entonces, nos volveremos a encontrar. Doy gracias a Dios que te envió como un ángel a nuestras vidas, a quien pido que cuando yo regrese  al seno de mi padre celestial, me dé un lugar donde estés tú y todos los peluditos que ahora gozan de Su presencia.

Siempre imagino el cielo perruno como un lugar repleto de color, alegría y felicidad. Y si en parte lo imagino así es porque sé que tú estás en él. Todos nacemos, vivimos y morimos. Y todos pasamos por estas fases con un propósito. Tú naciste y viviste para dar felicidad a todo el que te rodeó (qué afortunada soy por haber podido disfrutar tu compañía en las buenas y en las no tan buenas, tu amor incondicional siempre estuvo ahí). Y ahora, has fallecido con el propósito de llevar tu alegría hasta el infinito, hasta el cielo.

Tus últimos días han sido un poco tristes, dolorosos, tenías muchas molestias y ya no encontrabas por ninguna parte esa alegría y energía que tanto te caracterizaba. Pero aún así, hasta tu último suspiro estuviste entregando cariño. Cuánta bondad había dentro de tu corazón.

ESPÉRAME EN EL CIELO COMPAÑERITO.

ADQUIERA EN LÍNEA

Nuestros productos son la forma ideal de honrar su amigo fiel.

Deja un tributo