Al amanecer, me despertabas como siempre para ir de paseo, con tu ladrido y tu colita bajabas la escalera siempre alegre, me esperabas en la ventana hasta que regresará, solías verme mientras reposabas en tu cama, siempre a la espera de una caricia, defendiste a los tuyos aun cuando tu mismo sentías miedo, tuviste todas las virtudes de un ser humano pero nunca sus defectos. Partiste en una tarde soleada sin previo aviso, mientras te sostenía en mis brazos tus hermanas se despidieron de ti y diste tu último respiro. Te ganaste tus alas allá en el cielo y siempre vivirás en el corazón de los que te conocimos y quisimos. Gracias mi querida amiga descansa en paz.
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